domingo, 3 de octubre de 2010

La llegada de Apolo a Delfos


Medallón de una copa a fondo blanco, proveniente de una tumba (Museo de Delfos). Apolo, coronado de mirtos, sentado sobre una silla con pies en forma de patas de león, lleva un peplos y un himatión - suerte de chal - color rojo, echado sobre el hombro izquierdo. Con la mano izquierda toca las cuerdas de la lyra en tanto que con la derecha ofrece una libación con una phiale o copa ritual. El cuervo que lo acompaña recuerda los amores de Apolo con la bella Coronis, hija del Rey Phlegyas, madre de Asclepios.


Las hazañas de Apolo las podemos leer en el himno homérico a Apolo Pitio.
El dios Apolo se encontraba en b´´usqueda de un lugar donde fundar su oráculo, es así como llegó a orillas de la fuente de Telphouse, cerca de Helicon.
Pero la fuente se encontraba bien sola,y no deseando ser poseídapor nadie sugirió a Apolo dirigirse a Crisa, cerca de Delfos. Allí Apolo fundó su templo tras haber matado a la serpiente hembra Δράκαινα / Drákayna, hija de Gaia, guardiana del oráculo de la titánide Temis, establecido en el lugar.
El cadáver de la serpiente recibió el nombre de Πυθώ / Puthố, « la podrida » (de πύθειν / púthein, pudrir>: el cadáver que alimenta la tierra que da vida a los hombres); es así como Apolo tomó el nombre de Pitio. El mal, representado por aquella serpiente abominable que había perseguido a Leto - entonces encinta de Apolo - queda no solo vencido sino que sirve para alimentar la vida, la resurrección de plantas, flores y frutos que alimentan los hombres.
Furioso contra la fuente Telphouse que se había negado a acogerlo, Apolo regresó por el camino andado y enterró la fuente bajo una lluvia de piedras. Allí construyó un santuario que bautizó con el nombre de Telphousiano.
Una vez vengado, Apolo comenzó a buscar sacerdotes para su templo Pitio. Divisó entonces en el mar una nave cretense que navegaba hacia Pylos. Tomando la forma de un delfín (δελφίς / delphís), lo condujo hasta Crisa. Allí se transformó en un hombre joven y hermoso que condujo a los cretenses hasta su santuario donde se convirtieron en servidores del templo.
Es entonces cuando Crisa toma el nombre de Delfos (Δελφοί / Delphoí).
Los orígenes del santuario de Delfos suponen ya el control (primero del lugar mismo, luego del destino).